viernes, 18 de mayo de 2007

Yuhuuuuuuuuuuu!!!!!!!!!!!!!!!




Cuando nos dicen que nos presentemos y digamos nuestros datos más importantes nos sale decir nuestro nombre, apellidos, nuestra fecha de nacimiento, quizá la carrera que estamos estudiando (o el trabajo en su caso) y ya de paso le decimos también el DNI y nuestro teléfono. Pero, ¿eso son datos que realmente nos identifican como personas? Realmente no.

Si a mi me dijeran que me presentara con los cuatro datos que me identifiquen como persona diría que me llamo María, tengo 22 años, dos hermanos y soy cristiana. ¿Por qué no? Tenemos que dar los datos más importantes de nuestra vida, ¿no? Mi nombre identifica quién soy, aunque la verdad, con tantas Marías como hay en este mundo, me llaman de todo menos eso; la edad dice las experiencias que he vivido en un “corto” periodo de tiempo, y en que etapa vital me puedo encontrar ahora; mis hermanos las personas más importantes para mi en este mundo (bueno, vale, junto con el resto de mi familia y mis amigos); y lo de ser cristiana, para mi un dato fundamental, es mi estilo de vida. Así, como suena.

Ay…las creencias religiosas, la religión, el catolicismo, el cristianismo, mi fe. Que difícil es hablar de algo tan personal y a la vez tan importante en mi vida… Que difícil resulta muchas veces hablar con nuestros amigos sobre lo que creemos… ¿Se puede explicar algo así? ¿Se puede explicar porque considero a Jesús como la persona más revolucionaria de todos los tiempos? ¿Se puede explicar por qué considero a la virgen María como mi ejemplo a seguir? Sinceramente, creo que no.

Pero es que yo con este blog no pretendo explicar a nadie nada de eso, ni pretendo convencer ni espero que nadie entienda lo que siento. Sólo quiero compartir mi vida cristiana. Compartir lo que siento al escuchar el sermón de mi párroco todos los domingos en misa de 11; lo que siento cuando la Iglesia se posiciona en contra de la homosexualidad; cuando un médico cristiano atendiendo a su libertad de conciencia no practica un aborto a una mujer; lo que siento cuando doy catequesis a los niños de 14 años; lo que siento cuando la Conferencia Episcopal decide cerrar una parroquia de Vallecas por considerarla “roja”…

Sinceramente, no puedo negar que en muchas ocasiones no me siento nada identificada con las cosas que salen de boca de los Obispos. Pero así soy yo. Si sigo yendo a misa todos los domingos es porque me pesan más las cosas buenas que las malas, y porque para mí lo importante no es la Iglesia como Institución, sino la Iglesia como Pueblo. Lo importante está en llevar una vida coherente, y vivir de acuerdo con los valores cristianos que considero más importantes: el SERVICIO Y la ALEGRÍA.

Un blog para expresar mis inquietudes, mis pensamientos, mis emociones… y para que todo el mundo se pueda expresar de igual manera. ¿Para que existe si no la libertad religiosa y la libertad de conciencia?

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