En el último siglo, la expresión “sociedad de la información” se ha consagrado como un término político e ideológico que ha ido estrechamente de la mano de la globalización neoliberal, siendo bautizado por las políticas de los países más desarrollados.
Así, una vez se produjo el auge del mercado de acciones de la industria de la comunicación, el auge de la información en nuestros sistemas de producción no se hizo esperar. Unos sistemas de producción que marcarán el futuro de una sociedad, y cuyo poder más importante se encuentra en la economía.
¿Debemos supeditarnos al poder económico? La respuesta es NO, pero desgraciadamente hoy en día, la información, que para muchos debería ser ante todo un bien público, está efectivamente en el centro del proceso económico actual.
Esto significa, básicamente, que la información se encuentra subordinada al poder. Que pueden existir personas que tienen toda la legitimidad de poder decir cualquier cosa en función de sus intereses económicos.
Me da miedo pensar que pueden existir medios que han tomado el control económico y político del espacio mediático, porque eso no sólo significaría que nos encontramos con un cuarto poder en la sociedad actual, un poder que puede decidir sobre cualquier estructura social, sino que, los ciudadanos nos encontramos atados y manipulados, no tenemos poder de decisión, y lo que es peor, todavía hoy nos creemos que somos libres.
No cerremos los ojos ante esta realidad. Sublevémonos ante el conformismo de la sociedad actual, y seamos los actores protagonistas de nuestra propia realidad. Que la sociedad de información no sea un concepto único, sino que exista una pluralidad de sociedades al igual que somos una pluralidad de personas.
viernes, 23 de marzo de 2007
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